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    En esta compleja maraña de problemas que son el fiel reflejo de nuestro realidad, la administración como ya lo manifestamos en los primeros capitulo del presente texto, tuvo escasa participación en las políticas de gobierna, en gran parte por la indiferencia y/o resistencia de los mismos por mejorar su administración pública y por otra, la incapacidad por inyectar valores de cooperación, participación, responsabilidad y eficiencia en la gestión privada y un gran sentido de respeto por lo que significa el trabajo digno y recompensado a cabalidad.
    Para los entendidos en la materia y de lo ideal que pudiera ser el acto de gobernar; la mayoría de los que hoy concursan por algún cargo público o privado, no tienen en su mayoría especializaron en administración, de hecho son economistas, contadores, ingenieros, abogados etc., quienes en buen romance están asumiendo la conducción de las organizaciones e instituciones tanta locales, regionales así como nacionales. La presencia del profesional en Administración por la percepción de quienes contratan personal calificado, es todavía limitado.
    Entonces, es urgente abrir espacios de debate, reflexión, e intercambio de opiniones sobre la práctica de la gerencia, pues se trata de un tema sensible, moderno y expectante que merece toda nuestra atención e iniciativa, por cuanto constituye un aspecto decisivo en el futuro para mejorar definitivamente el bienestar de las personas, las familias, los grupos y el desempeño de nuestras organizaciones.
    A Grosso modo, lo descrito en este texto constituye el objetivo del tema que debe ser socializado ante la opinión pública a través de los medios de comunicación porque es evidente que a la luz de los hechos el profesional en administración debería ser demandado por sus conocimientos particulares. Es incuestionable aceptar que en un cambio de escenarios, la responsabilidad de gerenciar organismos públicos y privados deberá recaer inevitablemente en quiénes tienen mayores habilidades adquiridas en materia gerencial puesto que el profesional actual es un trabajador distinto al tradicional con mejores niveles de conocimiento, experiencia, relaciones y participación. La participación en esencia es tener poder.
    Tal como lo manifiestan los expertos en política económica hoy estamos en el "rumbo" correcto porque nuestras cuentas macroeconómicas son sólidas y resisten cualquier crisis financiera externa pero los Índices de pobreza están intactas como en las mejores épocas inflacionarias, desigualdad social, insuficiente alimentación y equipamiento militar, hospitales con instalación y servicios obsoletos, educación con índices mínimos de efectividad, escasas recursos económicos para los gobiernos regionales , etc., es decir, tanto en el pasado como en el presente los problemas de manejo de gobierno se develan por si solos. ¿Por qué persiste el error?. Aquí no se trata de cuanto puede ser rico el país, de cuantos recursos ilimitados pueda tener, sino de su manejo adecuado, de su orientación hacia objetivos concretos, de su capacidad gerencial para tratar el proceso, la decisión y el valor ético en lo que conviene para el país. Le razón, el sentido común, el nosotros no debe permitir que la riqueza se concentre en pocas manas, que los cargos dirigenciales se perpetúen al infinitum, que la torpeza de señalar a dedo quién debe o no ocupar un cargo público, un cargo de confianza o una silla de directorio no se de más que en el pasado.