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    Por sólida que sea la organización de la empresa y adecuados los procedimiento-implantados, el sistema de control interno no puede alcanzar su objetivo si las actividades diarias de la empresa no están continuamente en manos de personal idóneo.

    Los elementos de personal que intervienen en control interno son:

    a. Entrenamiento
    Mientras mejores programas de entrenamiento se encuentran en vigor, más apto será el personal encargado de control interno logrado, permitirá la identificación clara de las funciones y responsabilidades de cada empleado así como la reducción de ineficiencia y desperdicio.
    b. Eficiencia
    Después del entrenamiento, la eficiencia dependerá del juicio personal aplicado a cada actividad. El interés del negocio por medir y alentar la eficiencia constituye un coadyuvante del control interno. Los negocios que adoptan algún método para el estudio de tiempo y esfuerzo empleados por el personal ofrecen la posibilidad de medir comparativamente las cifras representativas de los costos.
    c. Moralidad
    Es obvio que la moralidad del personal es una de las columnas sobre las que descansan las estructuras del control interno. Los requisitos de admisión y el constante interés de los directivos por el comportamiento del personal son, en efecto, ayudas importantes al control.
    Las vacaciones periódicas y un sistema de rotación de personal deben ser obligatorios hasta donde lo permitan las necesidades del negocio.
    El complemento indispensable de la moralidad del personal como elemento de control interno se encuentra en las fianzas de fidelidad que deben proteger al negocio contra manejos indebidos.
    d. Retribución
    Es indudable que un personal retribuido adecuadamente se presta mejor a realizar los propósitos de la empresa con entusiasmo y concentra mayor atención en cumplir con eficiencia, que en hacer planes para desfalcar al negocio. Los sistemas de retribución al personal, planes de incentivos y premios, pensiones por vejez y oportunidad que se le brinda para plantear sus sugestiones y problemas personales, constituyen elementos importantes del control interno.